Imagina-inventa tu realidad

Entrena tu espíritu, comparte y reparte tu poder de crear, haz que tu chispa viaje hasta el núcleo de las personas que quieres ayudar. Puedes sanar a la humanidad entera; tan solo se trata de emplear tu fuerza, enfocarla y movilizarla. Cuantas veces hemos oído la frase… pide y se te dará… Sin embargo, en los peldaños de la ascensión, la oración está muy al principio, como cuando los niños aún necesitan una mano para andar. En la adultez del proceso de autonomía espiritual, la oración es un refugio cómodo que niega tu don principal. En realidad, tú creas, pero siempre estamos insertos dentro de una trama de fuerzas; así que, cuando tú decides y creas algo, todo el universo crea contigo lo mismo. Eso es la cocreación. Siente en ti la fuerza de esa gran trama y vívela como una realidad. Cuenta siempre con nosotros, pero no nos delegues tus milagros. Puedes hacerlos; y ahora debes hacerlos; no hay otro camino para evolucionar y ascender.

Sueña. No contengas los sueños… Imagina. Crea. Concreta tus sueños. Hazlos realidad. No te conformes con el deseo y la hipótesis, crea la nueva realidad. No es real querer ser luminoso, o ser sabio, o ser bueno, o ser fuerte. Simplemente sélo, practícalo, realízalo, verbalízalo, vive como si ya lo fueras. Crea tu realidad. Créate a ti mismo… Muta. No hay otra opción para avanzar, para ascender y para vivir esa ‘plenitud’ que ni siquiera sospechas cuan grande es. Si no sueñas, si no anhelas… no creas. Si no proyectas tu espíritu hacia algún lugar, tan solo das vueltas en círculos. Moviliza tu espíritu hacia algún lado. Recuerda una vez más que el error no existe, tan solo existe la experiencia. Imagina, inventa, muta, emplea tu amor y tu poder sin miedo a equivocarte.

Enrique Barrios